Composición y estructura física:

La miel es una solución supersaturada de azúcares, principalmente glucosa y fructosa, en agua. También contiene pequeñas cantidades de otros compuestos como minerales, vitaminas, aminoácidos y enzimas. La estructura física de la miel es líquida y viscosa, aunque puede cristalizar con el tiempo dependiendo de su composición y condiciones de almacenamiento.

El propóleo es una mezcla compleja de resinas, ceras, aceites esenciales, polen y otros materiales recogidos por las abejas de las yemas de árboles y otras fuentes vegetales. El propóleo tiene una textura pegajosa y puede presentarse en forma de pequeñas partículas o en extracto líquido.

Proceso de recolección:

El propóleo se recolecta de las colmenas, donde las abejas lo utilizan para sellar grietas y proteger la colmena. Los apicultores pueden recolectar el propóleo raspando los marcos de las colmenas o a través de mallas y luego procesarlo para obtener extracto de propóleo.

Beneficios y usos:

La miel con propóleo combina los beneficios individuales de ambos productos. La miel es conocida por sus propiedades antibacterianas, antioxidantes y antiinflamatorias, mientras que el propóleo posee propiedades antimicrobianas, antivirales y antiinflamatorias.

Se utiliza comúnmente como un remedio natural para fortalecer el sistema inmunológico, aliviar los síntomas de la gripe y el resfriado, promover la salud bucal, aliviar la irritación de la garganta y como cicatrizante para heridas y quemaduras menores.

Almacenamiento y conservación:

La miel con propóleo se debe almacenar en un lugar fresco, seco, oscuro y preferiblemente a temperatura ambiente.

Es importante mantenerla alejada de la luz directa del sol y de fuentes de calor, ya que esto puede alterar su composición y propiedades.

La miel con propóleo tiene una larga vida útil si se almacena adecuadamente, pero puede cristalizarse con el tiempo. Esto es natural y no afecta su calidad.